Ardua tarea la de leer los diarios cada mañana

Política

viernes, 29 de febrero de 2008 María Teresa Jardí

cartoonEs agotador leer los diarios cada mañana. Hay días que uno piensa, luego de darles una somera repasada por la Internet a unos cuantos, cuánto más fácil no debe ser la vida para aquellos que provienen de familias que no leyeron ni un libro a lo largo de su vida. Es deprimente leer los diarios hoy día en nuestro país.

Unos, pocos, poquísimos, menos cada día, como el nuestro, porque consignan la verdad de lo que ocurre, porque escriben la historia verdadera, pues.

La mayoría de los otros, porque mienten con desparpajo a pesar de que eso implica convertirse en cómplices de lo que ya está aquí. Sí hacia la dictadura vamos de manera acelerada. No tiene remedio.

A lo dicho ayer me faltó agregar que la falsa noticia –dada a conocer por algunos diarios al servicio del usurpador que encabeza hoy el sistema político a la mexicana al servicio de gobiernos y empresas transnacionales– sobre el falso asesinato de AMLO, también es parte de lo mismo.

Lanzaron la piedra para aquilatar la respuesta y más le vale a AMLO y a los que están a su lado que se cuide y que lo cuiden porque así se fue filtrando hasta convertirse en una crónica anunciada que iban a asesinar a Luis Donaldo Colosio y lo ejecutaron.

Son los mismos prianistas, avalados hoy por los perredistas traidores, los que están dispuestos a llegar nuevamente al homicidio antes que renunciar a concretar sus fines entreguistas. A final de cuentas saben que la impunidad, por ellos impuesta como regla, los protege.

Una lección en todos sentidos está dando al mundo la transición cubana. Hombres con experiencia para ocupar los cargos más importantes y equilibrio legislativo entre hombres y mujeres diversificando ahí las edades. Los jóvenes no deben ser cabeza de gobierno, incluso porque tantos años por delante los convierten en ambiciosos de poder y de fortuna inacabable para siempre y peor aún cuando, como en México, se ha cancelado la ética y se han tirado al bote de la basura los principios y los valores y ni qué decir de la inteligencia.Leer más…

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